jueves, 29 de diciembre de 2011

POR SUS LLAGAS HEMOS SIDO CURADOS

"Sabiendo esto Jesús, se apartó de allí; y le siguió mucha gente, y sanaba a todos". (Mateo 12. 15)


¡Cuántas enfermedades espantosas eran presentadas a Jesús! Sin embargo, El no se enfadaba, sino que atendía pacientemente a cada enfermo. ¡Qué variedad singular de males se junto a sus pies!¡Qué repugnantes úlceras y que putrefactas llagas! Sin embargo, Jesús estaba pronto a hacer frente a toda nueva manifestación del monstruo del mal, y siempre salia victorioso.

Vinieran de donde vinieran los dardos de fuego, él siempre los apagaba. El calor de las fiebres o el frió de la hidropesía; el letargo de la parálisis o la furia de la locura; la inmundicia de la lepra o la oscuridad de la oftalmia, todos conocían su poder y a sus ordenes, salían. En todo lugar Jesús salía victorioso sobre el mal, y recibía  el homenaje de los cautivos libertados.

El vino, vio y conquistó en todo lugar. Y en estos tiempos es lo mismo. Cualquiera que sea nuestro mal, el médico amado puede sanarnos; y cualquiera sea el estado de las personas que puedas recordar en oración este momento, puedo confiar en que Jesús los sanara de sus pecados. Nuestros hijos, nuestros padres, nuestros amigos, nuestros seres mas queridos; por todos podemos esperar cuando recordamos el poder sanador de nuestro Señor Jesucristo; y en cuanto a cada uno, aunque dura es la batalla que tenemos con los pecados y las enfermedades, podemos, no obstante, estar de buen animo. El que sobre la tierra hizo grandes milagros y señales, aún dispensa su gracia y obra maravillas entre los hijos de los hombres. Vayamos a El corriendo. Alabemosle en este momento al recordar como obro sus sanidades espirituales, que le dieron tanto renombre. Recordemos que lo hizo "llevando nuestras enfermedades" y que "por sus llagas hemos sido curados". La Iglesia que esta en la tierra está llena de almas sanadas por nuestro Médico Amado; los habitantes del cielo mismo confiesan que Él los sanó a todos. Vamos pues a publicar las virtudes de su gracia, y hagamos que sean a "Jehová por nombre, por señal que nunca sera raída".

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