martes, 13 de diciembre de 2011

LA ORACIÓN NOS UNE CON JESUS

"Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias". Colosenses 4:2

Es interesante observar cuantos pasajes en las Escrituras se ocupan de la oración, dando ejemplos, inculcando preceptos y haciendo promesas. Apenas abrimos la Biblia leemos: "Entonces los hombre empezaron a invocar el nombre del Señor" (Génesis 4:26). Y poco antes de acabar el Libro Sagrado, hallamos el amén de una ardiente suplica.
Hay innumerables ejemplos: Aquí hallamos a Jacob que lucha, allá a Daniel que ora tres veces por día, y mas allá a David que clama a Dios con todo su corazon. En el monte vemos  a Elias, en la carcel vemos a Pablo y Silas. Tenemos multitudes de mandamientos y miles de promesas. ¿Qué otra cosa nos enseña esto, sino la sagrada importancia y la necesidad de la oración  Estemos seguros de que cualquier cosa que Dios ha destacado en su Palabra, desea que ocupe un lugar importante en nuestra vidas, Si ha hablado mucho de la oración, es por que sabe que tenemos necesidad de ella. Tan grandes son nuestra necesidades  que hasta llegar al cielo no debemos dejar de orar. ¿No necesitas nada? Temo que no conoces tu pobreza. ¿No tienes deseo de pedir a Dios? Entonces que la misericordia de Dios te muestre tu miseria.  Un alma sin oración es un alma sin Cristo. 

La oración es la balbuceo del niño en la fe, el clamor del creyente que lucha y la música del santo que agoniza y duerme en JESUS. La oración es la respiración, la consigna, el consuelo, la fortaleza y el honor de un cristiano. Si eres hijo de Dios, buscarás el rostro de tu Padre y vivirás de su amor. Pide a Dios te conceda ser santo, humilde, celoso de su obra y paciente. Ten una comunión mas intima con Cristo y entra mas frecuentemente en el banquete de su amor. Pídele que te haga un ejemplo y una bendición para otros, y que te ayude a vivir mas para la gloria del Maestro. La bandera de tu vida debe ser: "Perseverad en la oración".


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